La Conselleria de Educación prepara una normativa para favorecer a los alumnos que compatibilizan los estudios de Secundaria, tanto de ESO como de Bachillerato, con enseñanzas profesionales de música y danza. La idea es aumentar las opciones de convalidación de asignaturas y propiciar una mejor organización del tiempo, pues deben soportan jornadas lectivas que ocupan toda la mañana y gran parte de la tarde con los consiguientes problemas para hacer trabajos de clase, participar en extraescolares o disfrutar del tiempo de ocio, lo que provoca desmotivación que acaba derivando en pérdida de alumnos.
Antes de junio se presentará a los sindicatos una orden «para regular un programa de horarios integrados» para aquellos que simultanean los estudios con el objetivo de que se aplique el próximo curso, según el departamento. El mecanismo será fomentar acuerdos de colaboración entre institutos y centros autorizados o conservatorios para concentrar las diferentes sesiones lectivas en un mismo espacio.
También se aumentarán las posibilidades de convalidación, más allá de la regulación actual que permite hacerlo con la materia de Música en el caso de la ESO. Por ejemplo, se abre la puerta para asignaturas optativas o de modalidad del Bachillerato artístico, donde hay contenidos curriculares que ya asume el estudiante en el régimen especial. «Sería un paso muy importante ante las actuales jornadas desorbitadas», como explica Enric Parreño, director del centro de música Vicent Sanchis i Sanz de Alaquàs.
Educación va a seguir el modelo que ya se ha adoptado en algunos municipios, aunque los ejemplos son escasos. Uno de ellos es el de Quart de Poblet, tras el acuerdo de colaboración firmado por el IES La Senda y el centro autorizado Mestre Molins, que se ha aplicado por primera vez este curso. Según señala Mario Fanjul, de la Federación de Sociedades Musicales del municipio, el instituto cede varias aulas y el horario comprendido entre las 15.30 y las 17.30 horas, de manera que los alumnos, tras acabar sus estudios de régimen general no necesitan trasladarse al conservatorio, pues los que cambian de escenario son los profesores, lo que permite ganar tiempo. Aunque en este caso las instalaciones están próximas, exportar el modelo a localidades donde la separación física es mayor dará mucha ventaja.
En la situación actual, «lo normal es esperar a que los alumnos salgan del colegio para ir al centro, con unos horarios que a veces llegan hasta las diez de la noche», añade Fanjul, que destaca la necesidad de «humanizar los estudios de música y evitar el sacrificio que supone la disparidad horaria». También señala que la máxima aspiración del colectivo sería conseguir un horario completamente integrado, algo así como que las asignaturas musicales se intercalaran con las genéricas en un horario común, idea que comparte Parreño, que habla de la importancia de avanzar hacia la «integración curricular».
La iniciativa también gusta a la Federación de Centros Autorizados y Conservatorios, desde donde destacan la importancia de la música en la Comunitat y los beneficios que da en el rendimiento escolar.
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