martes, 18 de marzo de 2014

El misterio de la ópera sobrevivió al agua y al fuego

El musicólogo estadounidense Walter Clark encuentra, después de 20 años de búsqueda, el original de «María del Carmen», considerada la obra más importante de Enrique Granados.

Enrique Granados y su esposa, Amparo Gal y Lloberas, morían el 24 de marzo de 1916 en las aguas del Canal de la Mancha. Fueron víctimas colaterales de la I Guerra Mundial. El barco en el que viajaban, el Sussex, en esos momentos con bandera francesa, realizaba el recorrido entre Folkestone y Dieppe cuando fue torpedeado por un barco alemán que creyó que se trataba de un buque de guerra.
El Sussex sufrió graves daños en la popa, donde se encontraba el camarote del compositor, aunque ni este ni su mujer se estaban en él en el momento del impacto. Algunos testigos aseguraron haber visto a Granados saltar de la lancha de salvamento cuando se percató de que su esposa se encontraba en el agua. La confusión reinó durante varios días sobre el total de víctimas (entre 80 y 100) y sobre el paradero del famoso compositor, noticia de la que se hizo eco tanto la prensa internacional como ABC: «Se van desvaneciendo las esperanzas que se abrigan respecto de que el maestro Granados y su esposa hayan sobrevivido...», relataba el 31 de marzo de 1916.
Granados regresaba de Nueva York, donde acababa de estrenar en el Met su ópera «Goyescas». El éxito provocó que el presidente Wilson le invitara a la Casa Blanca, lo que obligó al compositor a cambiar los billetes de su vuelta, prevista en un barco que viajaba directo a España, por otro con un trayecto que le obligaba a hacer escala en el Reino Unido (algunos amigos le advirtieron del riesgo que representaba ese viaje). Aquel cambio de planes desencadenó su drástico final.
En una maleta
Las que sí sobrevivieron a aquella tragedia fueron las pertenencias de la pareja, que fueron devueltas a los familiares del compositor en Barcelona. Entre ellas se encontraba el original de la partitura de la que ha sido considerada la mejor ópera del compositor, «María del Carmen», con libreto de José Feliú y Codina, que fue estrenada por el propio Granados en el teatro Parish de Madrid, en 1898.
Granados se había llevado la partitura a Nueva York con la esperanza de que también pudiera interesar allí, algo que no sucedió. «María del Carmen» no se hundió en el Canal de la Mancha, pero sí cayó en el olvido, y no se volvió a representar hasta 1935, en el Liceo, protagonizada por la soprano Conchita Badía. Varias décadas después fue interpretada en versión de concierto en una nueva edición crítica de Max Bragado para el ICCMU, con materiales que se encontraban en la SGAE, pero que no eran los originales. ¿Dónde estaba entonces la partitura de Enrique Granados?
Esta pregunta persiguió durante dos décadas al musicólogo estadounidense Walter Clark, cuya sobresaliente labor de investigación sobre la música española ha alumbrado trabajos como la primera gran biografía sobre Isaac Albéniz. Fue precisamente, en 1990, cuando recopilaba información para este libro «y el fenómeno de la ópera española, cuando supe que existía “María del Carmen” de Granados, y quise conocer más sobre ella», recuerda a ABC el musicólogo, profesor de la Universidad de Riverside, en California.
Clark comprobó entonces que «solo tres números de la ópera habían sido publicados y que no había grabaciones [la única que existe es posterior, de 2003]. Y esas partes no parecían pertenecer a la partitura original, sino a una revisión posterior, que no era de Granados». Fue ahí cuando comenzó lo que Clark denomina «una caza de veinte años en busca del original», y también lo que le motivó a escribir la biografía de Granados, publicada en inglés en 2006 y que verá la luz en español, en la editorial Boileua, en 2015, un año antes del centenario de la muerte del compositor. «Aquel era un misterio que quería resolver», asegura.
Vendida por 300 dólares
Su búsqueda se centró en los materiales utilizados en 1935, lo que le llevó hasta el Museo Municipal de Música de Barcelona, donde se encuentra el legado de Granados. «Allí me di cuenta de que el manuscrito no solo había desaparecido, sino que prodría no existir, pues sus propietarios en Nueva York informaron en 1979 de que la partitura había sido destruida en un incendio en una de sus tiendas de música». ¿Y cómo fue a parar a Nueva York?
Según relata Clark, «uno de los hijos del compositor, Víctor, se la llevó en 1938 para venderla allí». Algo que hizo en 1940, «por 300 dólares», a un prominente hombre de negocios, Nathanial Shilkret, que quería producir la ópera en EE.UU. «No fue posible, pues la familia de Barcelona quería recuperar la partitura». Durante décadas, la familia Granados y la de Shilkret «litigaron». Tiempo durante el cual la obra no se representó en Estados Unidos, «pero sí permaneció en una de las tiendas de música de los Shilkret».
Fue gracias al pianista Douglas Riva, «una autoridad en la obra de Granados», como Clark se puso en contacto, en 2003, con el nieto de Nathanial Shilkret, Neil Shell, que estaba haciendo un inventario de la tienda que había sufrido el incendio. «Y encontró alguna pieza de Granados que también había vendido su hijo Víctor -“Canto de las estrellas”-, pero nada de “María del Carmen”». El musicólogo le instó para que siguiera la búsqueda, y hasta 2009 no recibió una llamada del nieto, «para decirme que habían encontrado tres volúmenes encuadernados bajo un montón de libros. Habían sufrido daños por el agua y el humo, pero parecía lo que yo estaba buscando». Con dinero de la biblioteca de su universidad y de Riva Clark voló a Nueva York. «Examiné el manuscrito y lo compré». Pagó 1.500 dólares.«Fue una ganga, pero Neil Shell solo quiso recuperar lo que se pagó en 1940, a un precio actualizado», indica Clark. Tras ser restaurada y digitalizada, «“María del Carmen” de Granados está finalmente a salvo, y será pronto publicada por la editorial Tritó en Barcelona», anuncia.
Si bien la familia de Granados desconocía el paradero de la partitura, Clark se muestra agradecido por permitirle acceder a la correspondencia entre sus abogados y los de la familia Shilkret, lo que le abrió un camino para seguir investigando.
En cuanto a cuándo se podrá escuchar la partitura original, podría suceder pronto: «El director de escena Curro Carreres quiere llevarla a Oviedo y muy probablemente a Murciaen 2015. Y parece que el Teatro de la Zarzuela está estudiando la posibilidad de hacer una producción». Su director, Paolo Pinamonti,confirmó ayer a este diario que está «interesadísimo» en programarla, «pero todavía es pronto y no hay nada cerrado». La Orquesta de Castilla y León también parece tener intención de grabar la ópera. «Este solo es el principio del renacimiento de “María del Carmen”», señala Clark, que, tras una ardua investigación, confiesa que con este descubrimiento «he realizado un sueño».

De Albéniz a los Romero
Cuando era niño Walter Clark quería tocar la guitarra junto a sus grandes héroes, Chuck Berry y George Harrison. Sin embargo, «un día mi profesor de guitarra comenzó a tocar una malagueña y comprendí lo que San Pablo sintió cuando fue a Damasco, porque fue lo mismo que yo sentí», recuerda. El flamenco y la guitarra clásica se adueñaron del alma de Clark, que recibiría clases de Luis Maravilla y de Pepe Romero, con cuya familia trabó una gran amistad. Actualmente escribe un libro sobre la saga, «que espero salga publicado en 2016».

Susana Gaviña

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